La conciliación es un procedimiento por el cual las partes enfrentadas en un conflicto acuden al notario para que, como tercero imparcial, les ayude a encontrar una solución amistosa sin necesidad de acudir a juicio.
El notario escucha a ambas partes.
Formula propuestas de acuerdo ajustadas a derecho.
Si hay entendimiento, se documenta en acta notarial con fuerza probatoria.
Si no hay acuerdo, queda constancia de haber intentado la conciliación, lo que puede ser relevante en un futuro procedimiento judicial.
Discrepancias entre socios de una sociedad.
Conflictos entre arrendador y arrendatario.
Reclamaciones de cantidades en relaciones contractuales.
Ventaja: rapidez, ahorro de costes y evitar la vía judicial cuando es posible un entendimiento.